La historia del Ratoncito Perez
Según la leyenda, el Rey Bubi I, era amigo de los pobres y protector de los ratones, que creó leyes para perseguir aquellos que pretendían hacer daño a los roedores.
Al rey Bubi I con 6 años, se le empezó a mover un diente. El médico de la corte decidió que debía sacárselo. Tras anudarlo con un hilo consiguió sacárselo limpiamente y parecía un diente blanco con una perla brillante. El guardia de la corte se lo llevó a la reina y al consejo de ministros para decidir qué hacer con él.
La reina, la madre del rey, decidió que el rey Bubi I escribiera una carta al Ratoncito Pérez para que, recogiera el diente de debajo de la almohada a cambio de un regalo. Seguidamente, guardó cuidadosamente su diente bajo la almohada y se sentó en su cama esperando a tener una conversación con el Ratoncito Pérez. El ratón tardaba mucho y se quedo dormido. Al cabo de un rato, algo le rozó la frente y se despertó.
Se despertó y delante de él estaba el pequeño ratón con su sombrero, unas gafas y una mochila de color rojo. Se hicieron muy amigos. Tanto, que el rey acompañó al ratón a casa de otro niño que de la misma manera acababa de perder un diente. Cuando iban de camino a casa del Ratoncito para recoger el regalo del niño, que se llamaba Gilito. Por el camino, en un acto de descuido el ratón metió la punta de su larga cola en la pequeña nariz del rey, que al estornudar se convirtió en ratón.
Ambos ratones siguieron el camino y llegaron a la casa de Gilito. En la buhardilla vivía Gilito. Cuando el rey Bubi vió la situación, se le partió el corazón. Gilito compartía una estrecha cama de paja con su madre en una habitación sin muebles y mohosa.
Al ver todo, se preguntó cómo es que había niños que vivían de esa manera con todo lo que él tenía en su palacio. De repente Gilito y su madre despertaron y empezaron a rezar el Padre Nuestro frente a una estampa del Señor. Del mismo modo lo hicieron en voz baja los dos ratones.Un rato después el rey Bubi I y el Ratoncito Pérez volvían y el rey volvía a convertirse en niño. Al día siguiente, cuando despertó éste le preguntó a su madre, la reina.
– ¿Por qué los niños pobres rezan el Padre nuestro como yo?
– Porque Dios es su padre así como es el tuyo.
– ¿Entonces somos hermanos?
– Sí, hijo mío, son tus hermanos.
El rey muy emocionado empezó a llorar y continuó preguntando a su madre.
– ¿Y por qué soy yo rey y tengo de todo y ellos no tienen nada?
Su madre contestó:
– Porque tú eres el hermano mayor y Dios te ha dado de todo para que cuides a tus hermanos menores y te asegures que no les falta de nada.
A partir de ese día el rey Bubi I rezó siempre pensando en todos sus hermanos y se encargó de que nunca les faltara de nada. Y esta es la historia del rey niño, el Ratoncito Pérez y los dientes, esperamos que te haya gustado.